Me hizo falta una sonrisa.

Gracias a ellos he empezado a crecer. Sin ellos nada habría empezado a ocurrir. Sin los rostros que han pasado por delante de mi modesto objetivo. Pusieron entusiasmo, pusieron sonrisas, cariño y ánimo aun cuando a mí me faltaba inspiración. Ellos delante y detrás de los focos con sus risas contagiosas, ellos entre las ramas, delante de ventanas, en cualquier lugar donde les pidiera colocarse. Les pedí un favor que para cualquiera hubiera sido pesado y ellos dijeron que sí con gusto.

Para algunos puede no parecer gran cosa, pero para mí es mucho. Quiero dar las gracias a todos los que últimamente abrieron sus armarios, llenaron sus maletas del vestuario que tantas horas o dinero les costó, cargaron con ellas hasta donde les pedí y aguantaron las horas que hicieron falta delante de mí y mi cámara.

Gracias también a él, por supuesto, por su empeño, dedicación, ayuda y ánimos. Por hacerme ver la realidad y por querer que yo sea mejor cada día. No soy nada sin tí.

Aunque pueda parecer prematuro, gracias a todos por prestarme vuestras miradas, sonrisas, gestos y atención. Gracias.

Mar.